El cuerpo

Maurice Merleau-Ponty sostiene, entre otras cosas, que hay una ausencia de mediación de la conciencia en el accionar de las prácticas.

Utiliza la noción de hábito que, a diferencia del hábitus de Bourdieu, no está asociado a un imperativo de clase sino a un campo abierto de posibilidades en el que el cuerpo es capaz de instituir un sentido originario. Este sentido del cuerpo es siempre indeterminado.

Luego si podrá intervenir una conciencia reflexiva que instituya un sentido determinado. Pero todo lo que la conciencia determina es siempre deudor del sentido instituido por el cuerpo, que es siempre la fuente de cualquier otro sentido.

Merleau-Ponty niega la presencia del pasado como condicionante del presente. Dice “cuando yo percibo no tengo otro condicionante que la situación presente”. El mundo común de sentido se construye según este autor en la situación, en la interacción con el otro, con cuerpos que tienen la disponibilidad para reasumir el sentido del gesto ajeno.